Reimaginando el voluntariado como un puente hacia la conexión

Estamos viviendo una crisis de conexión, y se está manifestando en el trabajo, en nuestras comunidades y en nuestra vida cotidiana. En este episodio de estreno de Impact Signals con Alissa May, Alissa conversa con Aaron Hurst, fundador de la Cámara de Conexión de los Estados Unidos y autor de La economía del propósito, para explorar lo que realmente se necesita para reconstruir los lazos sociales. Desde repensar el voluntariado hasta diseñar lugares de trabajo y comunidades que fomenten relaciones significativas, Aaron comparte historias sinceras, estrategias prácticas y las sorprendentes formas en que el servicio puede generar conexiones. Ya sea que sea un líder, un voluntario o simplemente sienta curiosidad por saber cómo fortalecer los lazos en su vida, esta conversación ofrece ideas prácticas para hacer de la conexión una prioridad. Escuche y descubra cómo el voluntariado puede hacer más que retribuir: puede unirnos.

P (Alissa): Ha creado organizaciones impulsadas por un propósito, como Taproot, Imperative y Board.dev, y ahora ha lanzado la Cámara de Conexión de los Estados Unidos. ¿Por qué decidiste que la conexión era la próxima gran novedad?

A (Aarón): El año pasado, me detuve a reflexionar sobre lo que consideré el mayor desafío al que se enfrentaba nuestro país, y era la conexión. Mi inspiración para esto se remonta a mi abuelo. Fue uno de los primeros oficiales navales en el búnker de Hitler al final de la Segunda Guerra Mundial y, más tarde, ayudó a reconstruir Alemania mediante el Plan Marshall. Al trabajar con personas contra las que acababas de luchar, se dio cuenta de que la única manera de unir a las personas era mediante un propósito compartido: prestando servicio codo a codo.

Una década más tarde, mientras prestaba servicio en la administración Kennedy, propuso la idea de enviar estadounidenses al extranjero durante dos años para participar en un propósito compartido. Esa idea se convirtió en el Cuerpo de Paz. Su experiencia me mostró que la conexión a través de las diferencias no solo es posible, sino que es necesaria. Ese también ha sido el eje de mi carrera: usar el servicio y el propósito compartido para cerrar las brechas y construir comunidades más fuertes.

P (Alissa): Has dividido la conexión en pilares específicos. ¿Puedes explicarnos cuáles son?

A (Aarón): La conexión es una palabra que utilizamos con frecuencia, pero la mayoría de las personas no saben lo que realmente significa en la práctica. Analizamos la investigación en campos como la planificación urbana, el compromiso cívico, la salud y la educación, y descubrimos que no había consejos claros para las personas sobre lo que necesitan para prosperar. A partir de ahí, identificamos seis pilares viables:

  1. Vecinos — Todos necesitan un vecino al que puedan llamar en caso de emergencia, alguien a quien realmente conozcan y en quien confíen.
  2. Relaciones sólidas uno a uno — El mejor predictor de felicidad y longevidad. Esto se parece a reunirse con dos o tres personas cada semana para una hora de conversación abierta y significativa.
  3. Terceros puestos — Espacios comunitarios fuera del hogar y el trabajo donde puede interactuar con otras personas. Estos no siempre construyen relaciones profundas, pero crean familiaridad y pertenencia.
  4. Comunidad en torno a la identidad — Un grupo que comparte algún aspecto de su identidad o experiencia de vida, ya sea por motivos de raza, religión, paternidad o antecedentes compartidos. Estas comunidades aceleran la creación de vínculos.
  5. Comunidad de juego — El juego es fundamental para la conexión. Los deportes, las artes y los pasatiempos nos ayudan a crear vínculos, a menudo con personas diferentes a nosotros, y a generar confianza más rápido.
  6. Servicio — Contribuir a algo más grande que uno mismo es esencial. Las relaciones más sólidas provienen de servir a los demás, no solo de centrarnos en nosotros mismos.

Nuestro trabajo consiste en ayudar a las personas a diseñar intencionalmente sus vidas en torno a estas seis formas de conexión.

P (Alissa): Muchas personas piensan que la vida actual es solo el hogar y el trabajo, sin juegos, comunidades basadas en la identidad ni terceros lugares. ¿Cómo ve esta brecha?

A (Aarón): A la mayoría de las personas les faltan varios de los seis puntos de conexión. Muchos solo tienen un lugar, el hogar o el trabajo, y ya está. Una gran parte de nuestro trabajo consiste en ayudar a las personas a reconocer lo que falta y por qué es importante. Lo ideal sería empezar a enseñarlo a una edad temprana, reforzarlo a medida que las personas crecen y diseñar organizaciones e incluso políticas públicas en torno a este tema. Necesitamos rediseñar la sociedad para construir intencionalmente estas seis formas de conexión.

P (Alissa): Has mencionado el servicio como una forma de conexión. En términos más generales, ¿qué comportamientos pueden ayudar a las personas a adoptar estos diferentes modos de conexión?

A (Aarón): Los seis puntos en sí mismos son comportamientos concretos, pero las ciencias sociales también nos brindan conceptos útiles para entender la conexión: vincular y tender puentes.

  • Conexiones de unión están con personas similares a usted: familiares, colegas cercanos o amigos que comparten sus antecedentes. Nos brindan seguridad psicológica.
  • Uniendo conexiones están con personas diferentes a ti, sin importar la raza, el género, la profesión o la perspectiva. Generan confianza y amplían nuestros horizontes.

En este momento, nos enfrentamos tanto a una epidemia de soledad (por la falta de vínculos afectivos) como a una epidemia de pérdida de confianza (por la falta de puentes). Los dos se refuerzan mutuamente: sin crear lazos afectivos, es difícil tener la seguridad necesaria para tender puentes.

También distinguimos entre lazos fuertes y débiles:

  • Los lazos fuertes son personas con las que interactúas a menudo, donde la confianza es alta.
  • Los lazos débiles son más casuales, como un barista al que ves semanalmente o un colega al que te encuentras de vez en cuando.

Los lazos débiles pueden convertirse en fuertes, pero ambos importan. Cuando medimos la conexión, las lentes clave son la unión frente a la unión y los lazos fuertes frente a los débiles. Esas cuatro dimensiones nos brindan una manera de entender y construir redes de conexión más saludables.

P (Alissa): Mencionaste la unión, la unión y los lazos fuertes contra los débiles. ¿Cómo son útiles estos conceptos más allá de una perspectiva personal?

A (Aarón): También son valiosos para las organizaciones y los responsables políticos. Puedes preguntarte: dentro de mi organización, ¿dónde están los lazos fuertes y débiles? ¿Cómo apoyamos la creación de vínculos, que con frecuencia impulsan la productividad, frente a la creación de puentes, que impulsan la innovación? Gran parte de mi trabajo anterior ha consistido en crear vínculos y unir el capital dentro de las empresas y utilizarlos para influir en la cultura.

P (Alissa): ¿Cómo se ve eso dentro de una empresa? ¿En qué medida el contexto del lugar de trabajo es único en lo que respecta a la conexión?

A (Aarón): El lugar de trabajo es único porque ya tiene un propósito compartido: las personas trabajan para lograr objetivos comunes en una cultura compartida. Las prioridades suelen centrarse en la productividad, que depende de la confianza, la cohesión, la claridad de los objetivos y la retención. La alta deserción ralentiza todo, por lo que la conexión afecta directamente al rendimiento.

Pero cuando se trata de innovación, la unión por sí sola no es suficiente. Si el mismo grupo siempre se conecta, es poco probable que genere nuevas ideas. La innovación sostenida proviene de la creación de puentes, es decir, de unir diferentes perspectivas y antecedentes de manera intencionada. Evitar los silos es clave.

En Imperative, la empresa que fundé, nos centramos en esto. Utilizamos la inteligencia artificial para diseñar conversaciones virtuales que ayudaran a las personas a fortalecer los lazos y a crear vínculos afectivos y de unión. Era una forma de dar forma a la cultura a gran escala a través de relaciones intencionales.

También hay un campo en crecimiento, el análisis de redes organizacionales, que mapea las empresas a través de la lente de la conexión. Es altamente predictivo del rendimiento y de muchos otros resultados.

P (Alissa): En tu libro La economía del propósito, citaste datos de Gallup que muestran que alrededor del 70% de la fuerza laboral estaba desvinculada. Eso fue hace más de una década. Ahora, con el trabajo híbrido, la pandemia, la IA y la epidemia de soledad, la desconexión sigue siendo apremiante. ¿Cómo está trabajando la Cámara de Conexión para cambiar esa narrativa? ¿El problema es diferente hoy en día o solo es una nueva versión del mismo desafío?

A (Aarón): Hace unos 10 años, nos asociamos con la Universidad de Nueva York en el primer estudio sobre el propósito en el lugar de trabajo y descubrimos que dos tercios de los empleados no estaban satisfechos. Solo 1 de cada 3 personas se sentía satisfecho en el trabajo, y la satisfacción es un factor altamente predictivo del rendimiento, la retención y de si alguien es embajador de la marca.

Yo diría que la situación solo ha empeorado. El trabajo remoto, el estrés laboral y la incertidumbre global lo han amplificado. Si lo mediéramos hoy, sospecho que incluso menos personas se sentirían satisfechas.

La satisfacción se reduce a tres cosas: relaciones, impacto y crecimiento, lo que llamamos «RIG». Casi nada más importa. En la mayoría de los lugares de trabajo, se hace hincapié en el impacto y algunos en el crecimiento, pero las relaciones —la base— se han erosionado. El trabajo remoto, el miedo a los despidos y, ahora, la IA que amenaza la seguridad laboral son factores que contribuyen a ello.

En industrias como la tecnológica, los despidos masivos han agravado el problema. Cuando los líderes dicen: «Eso es un tiempo a tiempo completo menos», pasan por alto que, para muchos, ese era su mejor amigo en el trabajo. Tratamos las relaciones como algo prescindible, pero eliminarlas daña la satisfacción de manera profunda. Esta es una ruptura fundamental en la forma en que los lugares de trabajo piensan sobre la conexión.

P (Alissa): Dada esa realidad, ¿cómo pueden los lugares de trabajo y las comunidades diseñarse para conectarse intencionalmente, en lugar de confiar en momentos superficiales como rosquillas en la cocina o salidas en equipo?

A (Aarón): La clave es diseñar la conexión con la experiencia del empleado desde el principio.

Comienza con las descripciones de los puestos. ¿Por qué no destacar las relaciones que las personas podrán construir? Luego, a través de la contratación y la incorporación: ¿los candidatos y los nuevos empleados tienen interacciones humanas reales o todo es transaccional? La incorporación, en especial, debe priorizar el tiempo dedicado a crear conexiones. Defina los roles y las tareas teniendo en cuenta las relaciones, planifique las conexiones clave que son importantes para la trayectoria profesional de cada persona y brinde orientación sobre cómo fomentarlas. Los gerentes deben hacer que la conexión forme parte de las conversaciones de desarrollo en curso.

La cultura es otra capa. Cada reunión debe tener un control a nivel humano antes de centrarse en las tareas. Las reuniones individuales deben comenzar primero con la conexión. El tiempo presencial debe ser estructurado y tener un propósito: las personas no necesitan más horas felices o rosquillas, que normalmente se quedan en la superficie y funcionan mejor para las personas extrovertidas. Quieren una interacción significativa y guiada.

Incluso en eventos grandes como los de todos, los momentos más valiosos son siempre cuando los empleados hablan entre sí, pero la mayor parte del tiempo lo pasan con los líderes hablando con ellos. Tenemos que darle la vuelta a esa situación: diseñar primero para la interacción.

Y más allá de todo esto, el servicio (la forma en que las organizaciones abordan el servicio y el voluntariado) puede ser una poderosa palanca para crear una conexión auténtica dentro del lugar de trabajo.

Cuando pensamos en el servicio, ¿por qué cree que el servicio a la comunidad y el voluntariado son tan poderosos para establecer conexiones?

A (Aarón): Comienza con la creación de un propósito compartido, algo más grande que tú o tu empresa. El servicio también suscita la reflexión, y reflexionar juntos genera empatía y fortalece los lazos.

Empuja a las personas fuera de su zona de confort, creando vulnerabilidad, lo que profundiza la conexión dentro de los equipos. Y el acto de dar en sí mismo cambia tu forma de pensar: te coloca en un estado emocional positivo, lejos del miedo y la escasez, y te lleva a la abundancia. Con esa mentalidad, es más fácil conectarse porque ves posibilidades, no competencia.

El desafío es que el voluntariado se ha convertido en algo transaccional, virtual y episódico. Hemos eliminado el elemento humano y está resultando contraproducente. Para reconstruir la conexión, necesitamos diseñar el servicio con intención: a través del contexto, la reflexión antes y después y el espacio para la interacción. El acto por sí solo no basta; es la reflexión compartida la que crea significado.

A menos que diseñemos para crear lazos afectivos antes, durante y después del servicio, las oportunidades de conexión se pierden. Esa es una de las principales cuestiones que debemos abordar.

P (Alissa): Eso tiene sentido. El enfoque de aprendizaje mediante el servicio que usted describe parece realmente poderoso, ya que se basa en la reflexión, la conexión y la vulnerabilidad. Compartir la vulnerabilidad genera confianza dentro de los equipos y entre ellos. Por lo tanto, al diseñar experiencias de voluntariado en el lugar de trabajo, ¿en qué debemos centrarnos?

A (Aarón): Un área importante es la entrada y la salida del voluntariado. Tener claros desde el principio los tipos de conexión que ofrece cada experiencia ayuda a los empleados a elegir intencionalmente.

También necesitamos ampliar nuestra visión más allá de la unión en equipo, para incluir la conexión con la organización sin fines de lucro, los beneficiarios y los organizadores. Y, en términos más generales, debemos dejar de tratar la conexión como un subproducto. La conexión en sí misma debería ser una causa.

Uno de los mayores desafíos actuales es la disminución de la confianza y la conexión. El voluntariado puede abordar directamente este problema si lo planteamos de manera diferente. Incluso algo como crear un club de corredores en el trabajo puede ser una forma de servicio, porque crea conexiones.

Tenemos que reformular el voluntariado poniendo la conexión en primer plano, no como una idea de último momento.

P (Alissa): ¿Por qué cree que las empresas rara vez mencionan la conexión como un problema que deben abordarse directamente?

A (Aarón): Claro, porque la conexión no se trata como una causa. No hay recursos que lo respalden y el voluntariado no está optimizado en torno a ello. Solo esperamos que suceda como un subproducto. Pero debería ser un fin en sí mismo.

Más del 70% de nuestra felicidad se basa en las relaciones. Sin embargo, la mayoría de las personas no tienen suficientes. Es como tener una crisis de hambre y no hacer nada para alimentar a la gente. Ahí es donde estamos con respecto a la conexión.

Gran parte de mi trabajo ahora consiste en impulsar la filantropía y el voluntariado para que la conexión ocupe un lugar más alto en la lista de causas. Junto con las artes, el medio ambiente y otras, la conexión merece un asiento en la mesa.

P (Alissa): Me recuerda a la serie Zonas azules. En esas comunidades, las personas viven más de 100 años y uno de los factores clave es la conexión: los lazos y las relaciones con la comunidad. Es algo en lo que pensamos todo el tiempo en Goodera.

Es por eso que nuestros mundos se alinean de forma tan natural y por eso nos asociamos con usted para lanzar P (Alissa): Ha creado organizaciones impulsadas por un propósito, como Taproot, Imperative y Board.dev, y ahora ha lanzado la Cámara de Conexión de los Estados Unidos. ¿Por qué decidiste que la conexión era la próxima gran novedad? Hemos estado hablando del servicio como una puerta de entrada a la conexión e incluso como un movimiento. ¿Hacia dónde cree que irá este movimiento en los próximos 5 a 10 años?

A (Aarón): El servicio puede ser la chispa. Es posible que las personas se resistan a trabajar por la conexión en sus propias vidas, pero si se les pide que ayuden a otros a conectarse, se ofrecen como voluntarias de inmediato y, al hacerlo, se esfuerzan por sí mismas. Esto puede afectar a millones de personas, tender puentes entre comunidades y restablecer la confianza.

A nivel corporativo y político, la conexión se elevará al igual que la salud: se basará en recursos, se medirá y se rastreará como uno de los predictores más sólidos de felicidad y longevidad. Debería formar parte de los paneles de control de las empresas, los paneles nacionales y los sistemas educativos.

También necesitamos ampliar la definición de servicio. Organizar una fiesta en la calle, una comida compartida o un club de corredores crea conexiones y debe verse como un servicio. A menudo, los voluntarios se benefician tanto como los destinatarios, y debemos reconocerlo.

Mi visión es que las empresas apoyen millones de estas actividades basadas en la conexión. Eso transformaría nuestra forma de pensar sobre el servicio. Con la Fundación Taproot, redefinimos el servicio corporativo. Con Goodera, se ha expandido a nivel mundial. Ahora, con Voluntariado reconectado, el siguiente paso es poner la conexión en el centro del servicio y escalarla a un nivel que pocos creían posible.

P (Alissa): ¿Por qué elegiste el nombre? El voluntariado se reconectó, ¿y qué significa para ti?

A (Aarón): Históricamente, el voluntariado comenzó a nivel de aldea, ayudando a los vecinos y estableciendo conexiones de forma natural. A medida que la sociedad crecía, el servicio se hacía más abstracto. El voluntariado se reconectó hace hincapié en hacer del servicio un elemento central de la cultura, con la conexión como fuerza vinculante.

Esto también se basa en una iniciativa anterior que dirigí, El voluntariado reinventado, que destacó que las organizaciones sin fines de lucro que utilizan voluntarios superan con eficacia a las que no lo hacen. Introdujimos el concepto de empresa de servicios, que demuestra que las organizaciones que contratan a voluntarios son más fuertes, no más débiles. Del mismo modo, El voluntariado se reconectó tiene como objetivo definir y revitalizar el servicio para unir a las personas y las comunidades.

P (Alissa): La gente anhela una conexión en persona después de la pandemia. ¿Cómo influye eso en esta iniciativa?

A (Aarón): Estoy de acuerdo Si bien las personas quieren participar en persona, nuestras habilidades sociales para interactuar cara a cara han disminuido. Algunos se sienten ansiosos por ello. Necesitamos desarrollar estas habilidades desde la infancia en adelante, ayudando a las personas a tener interacciones significativas y vulnerables. Estas habilidades relacionales se están volviendo fundamentales para el bienestar y el futuro del trabajo, especialmente en un mundo impulsado por la inteligencia artificial.

P (Alissa): Para quienes se unen El voluntariado se reconectó el 15 de octubre, ¿qué pueden esperar?

A (Aarón): El evento en Silicon Valley está diseñado como un día de diseño personal y colaborativo. Los participantes reflexionarán sobre sus propias experiencias de conexión, fortalecerán o construirán amistades y desarrollarán planes prácticos para conectarse en sus vidas.

Recibirán información sobre el estado actual de la conexión y el servicio, y luego irán a los estudios de diseño para abordar desafíos como la optimización del voluntariado para crear conexiones. Se compartirán las soluciones, imaginando cómo podría evolucionar el servicio en los próximos tres años.

No se trata solo de un evento, se trata de dar forma al futuro de un movimiento de servicios. Los participantes se marcharán con el compromiso de lograr un cambio personal, institucional y cívico. Esta iniciativa se convertirá cada año en una comunidad más amplia dedicada a reconectar a los Estados Unidos.

Lo estamos haciendo junto con Goodera. El evento reunirá a líderes en servicios corporativos, filantropía y recursos humanos y a expertos nacionales en conexión social y servicio.

Los socios incluyen el Greater Good Science Center de la Universidad de California en Berkeley, la Fundación para la Conexión Social, Idealist, VolunteerMatch, Big Think, NationSwell y más. Los conocimientos y las soluciones desarrollados no se quedarán en la sala, sino que se difundirán por todo el campo y amplificarán el impacto en todo el país.

P (Alissa): Entonces, para terminar, ¿qué es un pequeño cambio que las personas pueden hacer cuando piensan en la conexión? ¿Hay algo que puedan aprender y hacer hoy?

A (Aarón): Buena pregunta. Yo diría: piensa en una cosa que puedas hacer hoy para contactar y conectarte con alguien. Solo una cosa. Si lo haces todos los días, se crea una rueda de conexión.

Podría ser comunicarte con alguien con quien no has hablado en mucho tiempo o expresar gratitud a alguien importante para ti. Mañana, vuelve a preguntarte: ¿qué cosa pequeña puedo hacer? En tu próxima reunión, quizás primero contactes con la gente. O comunícate con alguien nuevo.

Lo maravilloso de la conexión es que todo lo que haces por ella también es un servicio, porque no puedes conectarte solo. Todo el mundo tiene dificultades para conectarse, así que cuando te esfuerzas en ello, también ayudas a los demás.

No hay mejor manera de ayudarse a sí mismo y a los demás que invertir en la conexión.

Acerca de la organización
Acerca de la organización

¿Quieres ser un invitado en nuestro podcast?

Icono de reproducción de vídeo