Alissa:
Cuando hablamos de IA, la mayoría de la gente piensa en las herramientas, la automatización o lo que significa para la productividad en el trabajo. Pero hoy quiero cambiar esa perspectiva. Estamos explorando algo mucho más humano: cómo la IA puede ayudarnos a aumentar la empatía, profundizar las conexiones con la comunidad y abrir nuevas posibilidades de voluntariado e impacto social.
Caroline, llevas años en la intersección de la tecnología y el propósito, y has visto cómo los movimientos cambian en tiempo real. Desde tu punto de vista, ¿qué representa este momento?
Caroline:
Es un momento crucial, Alissa. Lo que veo es que estamos entrando en una era en la que la IA no es solo una herramienta de eficiencia, sino que se está convirtiendo en un catalizador de la creatividad, la conexión y el empoderamiento, si la utilizamos intencionalmente.
En el mundo del impacto social, muchas organizaciones sin fines de lucro están agotadas. No tienen el personal, el tiempo ni la infraestructura técnica que tienen las empresas. La IA puede proporcionarles capacidad de maneras que eran inimaginables hace unos años.
Pero lo que más me entusiasma es cómo la IA puede aumentar a las personas, no reemplazarlas. Los voluntarios pueden presentarse con más contexto. Los empleados pueden aportar habilidades que ni siquiera sabían que tenían. Y las organizaciones sin fines de lucro pueden, por fin, pasar de ser reactivas a ser estratégicas, porque tienen un aire nuevo en el sistema.
Solo estamos arañando la superficie y la oportunidad es enorme, no solo de hacer más, sino de hacer más de manera significativa.
Alissa:
Hablas a menudo del «voluntariado conjunto con la IA», algo que me encanta porque replantea la narrativa. No se trata de «IA en lugar de personas», sino de «IA junto a las personas». ¿Puedes compartir cómo se ve eso en la práctica?
Caroline:
Absolutamente. Imagínese a un voluntario creando una guía de preparación laboral para una organización sin fines de lucro que presta servicios a jóvenes. Eso solía llevarles ocho, diez, a veces quince horas. Con la IA, puedes convertirlo en un sprint de noventa minutos: ideación, esquema, primer borrador, borrador refinado, todo ello respaldado por el pensamiento crítico, la experiencia vivida y el corazón del voluntario.
Así que en vez de pedirle a un voluntario un fin de semana, pídele una hora. Y dado que el traslado parece factible, es más probable que regresen. Así es como se aumenta la participación y se profundiza el compromiso. La IA se convierte en el andamiaje que permite a las personas centrarse en las partes del servicio que son profundamente humanas.
Alissa:
Esa es una distinción muy importante: la IA elimina la fricción, pero las personas aportan el alma. Y eso se vincula con una pregunta más importante: ¿cómo nos aseguramos de que, en un mundo en rápida evolución, la IA se convierta en una fuerza de pertenencia, no de división?
Caroline:
Pertenecer es el trabajo de los seres humanos. La IA no puede reemplazar eso, pero puede ayudar a crear las condiciones para ello.
Si pensamos en el voluntariado, la pertenencia a menudo surge cuando las personas se dan cuenta de:
«Esto también te importa. Estamos juntos en esto».
La IA ayuda a las personas a llegar a ese momento más rápido porque pasan menos tiempo abrumadas por la logística y más tiempo dedicando más tiempo a una conexión significativa.
Y cuando las organizaciones sin fines de lucro finalmente pueden ser proactivas (sin ahogarse en la administración), pueden crear experiencias de voluntariado que sean intencionales, alegres y basadas en las necesidades de la comunidad. Ahí es donde ocurre la pertenencia.
Alissa:
También está este cambio global del que ha hablado: cómo convergen el talento, el propósito y el impacto. Y, de repente, la IA no es solo una conversación en el lugar de trabajo; es una conversación sobre el impacto social. ¿Cómo cree que responderán las empresas?
Caroline:
Cada vez más empresas se están dando cuenta de que los empleados quieren tres cosas: sentirse conectados, sentirse útiles y sentir que su trabajo importa más allá del resultado final.
El voluntariado posibilitado por la IA afecta a los tres.
Los empleados pueden aplicar las habilidades emergentes. Pueden ver un resultado tangible. Y pueden contribuir a misiones que se alinean con quienes son.
Y para las empresas, esta es una oportunidad enorme. Puede crear una fuerza laboral capacitada, conectada y basada en un propósito, al mismo tiempo que genera un impacto medible en la comunidad.
Es una victoria para los empleados, una victoria para las organizaciones sin fines de lucro y una victoria para el mundo.
Alissa:
Caroline, fue una conversación muy rica. Gracias por ayudarnos a reimaginar lo que es posible cuando la tecnología y la humanidad trabajan juntas para lograr un impacto.
Caroline:
Gracias, Alissa. Estoy entusiasmada por el rumbo que estamos tomando, y aún más por el bien que podemos crear juntos.